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viernes, 28 de septiembre de 2012

Capítulo 2- Enémesis

La historia me la contaba a los nueve años... Mi madre se sentaba en el sillón y empezaba a contar:
-Era la mañana de las elecciones. Las semanas anteriores la gente había estado colgando anuncios para pedir votos. Todo el mundo sabía a quien votar. A Enémesis. Era un joven alto y moreno, de cabellos marrones y ojos negros. Vestía elegántemente y tenía un don para la palabra impresionante. Venía de una familia pobre y eso le daba confianza a los votantes.
Efectívamente, todos votamos a Enémesis. Un gran error, porque apenas le dieron el cargo empezó a oprimirnos. Senadria, nuestra ciudad, antes era un lugar repleto de vegetación, libre y en pleno contacto con la naturaleza era ahora un lugar frío y pobre, lleno del humo de las fábricas que Enémesis había construido y con guardias por todas partes. Todos los animales huyeron. En ese momento, toda la ciudad empezó a sentirse cada vez peor. Los animales eran el alma de nuestra ciudad. Eran alegres y juguetones, sin ellos la ciudad iba cada vez peor, más triste, se ponía mustia.
Pero la peor parte se la llevó nuestra familia, hija-en ese momento me miraba con sus marrones ojos tristes y su pelo marrón parecía ponerse mustio-. Raptaron a mi hermana gemela, tu tía y Enémesis la convirtió en su esposa.
Cuando cumplí veintisiete años, estaba embarazada de cuatro meses de ti, hija. Y por entoces mi hermana tuvo una hija.
Algunos aprovechamos los festejos para escapar. Estábamos hartos de tener miedo. La mayoría éramos del mismo barrio, estudiantes,  abuelos, madres(como la madre de Alium), padres, futuras madres(como yo)... Había también médicos y comerciantes. Todos dispuestos a huir por una vida mejor. Los guardias fronterizos seguían allí, en la frontera. Algunos murieron mientras intentaban atravesarla, pero otros muchos conseguimos huir. Cuando encontramos este prado, grande, luminoso y con agua y naturaleza por todas partes decidimos quedarnos aquí. Y construimos este pequeño pueblo. Pero nunca volvió a ser lo mismo. No volvimos a ver a ninguna de las criaturas o animales que había en nuestra antigua ciudad, aunque no fue por falta de búsqueda. Les buscamos por todas partes. Suponemos que se fueron muy lejos. Pero esos animales volverán. Seguro- en ese momento mi madre daba la historia por acabada y se iba. Y yo me quedaba pensativa, sentada. Es una historia larga, pero me encantaba que mi madre me la contase.

Estaba trabajando en el bareto cutre, oscuro y húmedo ese, con una bandeja en la mano, cuando se abrió la puerta y me pareció que se iluminaba la estancia.

1 comentario:

  1. Me encanta *_____* Enémesis...el nombre es chachi JAJAJAJAJJAJAJA ¿Quién entra? xDD ¿Un noviete de Nía? JAJAJA Ya paro xD Ahora toca Solfría e.e

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