Seguidores

miércoles, 3 de octubre de 2012

Capítulo 5- Emoción

Pasó un mes del secuestro. Empezaba a desesperarme. En el castillo no estaba tan mal, pero es que echaba de menos a mi pueblo. Además prácticamente no hablaba con Alium desde el pequeño beso. Algún golpe si nos cruzábamos por el pasillo. Pero nada más.
 Esa tarde Nid tenía clase y yo fui a pasear por el castillo. Me habían dicho que había una biblioteca. Cansada, fui. Dentro estaba Enémesis. Estaba con un general de su ejército. Lo sabía porque me lo había dicho Nid. Me quedé en la puerta y escuché.
-¿Para que me ha llamado, señor?
-En dos semanas hay que atacar ese pueblucho. Lo destruiremos hasta las cenizas. No quedará nada.
Me fui. Corriendo. Llegué hasta el jardín. Me choqué con Alium. Estaba abriendo la boca para quejarse. No le dejé. Le cogí de la muñeca, le subí hasta la habitación de Nid y le puse al día.
-... y dice que destruirá el pueblo.
Nos quedamos en silencio. Sentía ganas de llorar. Me acordé de todos y acabé llorando. Alium me vio y me abrazó. Me limpié las lágrimas. Le miré. Llorando aún, le besé. Y él me besó a mi. Sentí una sensación genial. Me sentí imparable, invencible. Sentí que podía hacer todo. Pero esta acabó cuando Nid abrió la puerta y nos separamos rápidamente. Nid no se dio cuenta. Alium se fue. Le sonreí. Él me sonrió y yo a él. Me guiñó un ojo y con las manos hizo un ocho y tumbó la cabeza. Infinito. Me reí, completamente enternecida y le con las manos hice un corazón. Se fue y me empecé a reir yo sola. Nid me miró como si estuviese loca. Me callé.
Al día siguiente Nid tenía clase a las ocho de la mañana. Alium se acercó a por mi y fuimos al jardín. Nos subimos a un árbol. Estuvimos hablando.
-Ejejeje me amas- dijo Alium riendose.
-¡Oh! Oplafllu-dije yo. Oplafllu significa te odio. En ese momento me cogió la nuca, me acercó a él y me besó.
-Lo dudo...-susurró él. Le besé. Sentí que mi vida no podía ser más perfecta. Nos separamos. Apoyé mi cabeza en su hombro. Él me abrazó.
-Oye...-le dije. Llevaba demasiado tiempo dándole vueltas a lo mismo.
-¿Qué pasa?- dijo él. Había notado el tono de preocupación en mi voz.
-Tenemos que irnos. Tenemos que ir al pueblo. Avisarles. Les quieren atacar. No podemos dejar que destruyan nuestro pueblo. Necesito decírselo. O nuestros recuerdos, amigos familia... todo se destruirá y se conventirá en polvo. Y no lo podemos permitir.
Me miró. Solamente asintió. Cerró los ojos muy fuerte. Le había emocionado. Abrió los ojos y me dijo:
-Sabes que te adoro, ¿verdad?
-No estoy segura, repítelo...- dije yo, sonriente. Me besó.

El día siguiente por la noche saldríamos. Pero hubo un inconveniente... Y no fue precisamente pequeño.

2 comentarios: